Un atardecer en Nueva York es una experiencia irrepetible para todo aquel que se acerque a la Gran Manzana. El tiempo se para por unos instantes en los que olvidamos el centro de financias con su habitual ajetreo y el ruido de la vida urbana.
Entre los majestuosos rascacielos de la urbe se esconde un sol radiante para dar paso a un mundo totalmente distinto. Y es que esta cinematográfica ciudad se transforma por completo pasando a ser las luces las reinas de la fiesta.
Relajarnos con esta vista es la mejor manera de descansar de un día de compras y turismo; pero por poco tiempo. La noche nos ofrece si cabe más posibilidades de disfrutar la ciudad. Restaurantes, pubs, discotecas o simplemente pasear entre las calles de Manhattan son algunos de los lugares a los que podemos ir.
Nueva York te deslumbrará, pero no rechazes la posibilidad de acudir a Brookyn para ver una de las postales más bonitas que la costa este norteamericana puede ofrecerte.
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