Seamos realistas, en un día no se
puede ver una ciudad o sí, pero solo de manera superficial. Sin embargo, podemos aprovechar
un puente, de unos tres días, para conocer los rincones más emblemáticos y
carismáticos de una ciudad. A la hora de viajar, y en el caso de Londres, es importante planificarse y tener en cuenta la hora de llegada así como los
horarios de los “lugares de interés”. No pequéis de incautos ni penséis que,
allí, museos, tiendas y demás estén abiertos hasta las ocho de la tarde: ellos
cenan a las siete o siete y media así que ¡ojo! Preferencias a parte, porque,
claro, sobre gustos, ya se sabe: los colores… a continuación os muestro una
relación de sitios que imprescindibles de visitar.
Ya sabemos que entre que llegamos
al hotel, dejamos las maletas y nos ponemos rumbo a descubrir lo que ante
nuestros ojos se presenta pasa un buen tiempo. Así que en mi opinión lo que se
debería hacer el primer día es conocer la ciudad de modo genérico, es decir, más
que el hecho de visitar por dentro los sitios, convendría tener una imagen
visual de los mismos, es decir, admirarlos desde fuera. El transporte público,
en Londres, es caro, y no digamos los taxis, así que lo mejor es conocer la
ciudad por zonas. Recomiendo comprar el billete diario, se trata de uno que nos
permitirá usar metro y bus, las veces que queramos, hasta las 12 de la noche.
Un buen comienzo sería acudir a
la zona del Palacio de Westminster situado a orillas del
río Támesis, donde se reúnen las dos Cámaras del Parlamento y visitar la famosa
Torre del Reloj y su Big Ben (nombre por el que conocemos al Reloj, pero en
realidad se trata de la Campana). Además no muy lejos del parlamento (a unos 5 minutos) se encuentra la Abadía de Westminster, una preciosa iglesia
gótica cuya historia se remonta al siglo XI. Visto esto, al lado del mismo río
se alza una gigantesca noria de 135 metros a la que por unos 17 pounds podemos
subir y conocer la ciudad “desde el aire”. En este primer día se podría cenar por ahí y admirar
el Londres nocturno e iluminado. Encantador. ¿Quién dijo que la lluvia lo hacía
gris?
El segundo día deberíamos
dirigirnos a Buckingham Palace, residencia oficial de la Monarquía
Británica, y estar allí un poco antes de las 11.30 horas para coger sitio y ver
en directo el famoso cambio de guardia de los míticos “beefeater London”. Esto
dura una media hora o un poco más. Después de esto, o antes de que acabe si nos
cansamos, recomiendo una visita a St James Park, situado a escasos metros del
Palacio. También merece la pena dar una paseo por Hyde Park y ver el Tower Bridge. Por la tarde podemos ir a los grandes almacenes Harrods.
El último día, obligatoriamente,
se debe visitar la National Gallery y/o el British Museum, dos
de los museos más importantes del mundo y que son gratis. El primero tiene una de las mejores y mayores colecciones de
pinturas del mundo. El segundo es conocido por su inmensa colección de
antigüedades. Aprovechar que a pocos minutos esta la famosa zona de Picadilly Circus para acercaros.
Von
voyage!
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