Los alrededores de Madrid están repletos de lugares maravillosos, rincones escondidos en las sierras que el turista suele ignorar. Así, los cerros de Rascafría ocultan bosques, claros apacibles, riachuelos cristalinos y verdores naturales.
Detrás de los tradicionales reclamos para el viajero, destacados en las guías y en los planos, existen jardines silvestres en los que apaciguar el estrés de las ciudades.
Los sitios web oficiales de la Comunidad ofrecen alguna información sobre esta clase de espacios, pero son el boca a boca y la visita a villas apartadas los que nos llevarán directamente a paraísos imposibles.
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